Calzado saludable para el pie en crecimiento


¿Tienes dudas de cuándo empezar a calzar a tu monete? ¿No tienes claro qué calzado es el más adecuado al principio? No nos extraña que te hagas esas preguntas, ya que, si has navegado un poco por internet, encontrarás muchos artículos con información contradictoria.

Desde Monetes, queremos ayudarte a decidir y basaremos este artículo en las recomendaciones de la mayoría de los expertos y los conocimientos y la experiencia adquiridos a lo largo de los años en nuestro desempeño profesional y como madres.

Cuándo empezar a calzar

No hay ninguna prisa. Los expertos coinciden en que no hay que empezar a calzar a los bebés hasta que no empiecen a caminar. Los pies de un bebé están en constante crecimiento y no deben encontrar ningún obstáculo que se lo impida. Por ello, mientras no caminan, podemos proteger del frío con calcetines, patucos o botitas de porteo. Nada con costuras de materiales duros o suela.

Cuando comiencen a gatear y ponerse de pie, seguiremos sin prisas. Dejemos esos deditos libres el mayor tiempo posible. Si hace calor, incluso descalzos, sin calcetines. Si la temperatura es baja y notamos sus pies fríos, ponemos los calcetines. A veces viene bien utilizar los que son antideslizantes, como son los SlipStop (y además se pueden mojar, son ideales para piscina y playa).

Aunque haga frío, te invitamos a comprobar cómo están los pies de tu bebé descalzos. Si están fríos, de acuerdo, ponle calcetines. Pero si no lo están, prueba a quitárselos. Los bebés nacen con los pies planos y se les van poniendo regorditos. Eso es porque se crea una capa de grasa que los protege en sus primeras pisadas y también aísla el frío. ¡Haz la prueba!

En cualquier caso, es importante que el pie se desarrolle en libertad. Sólo el movimiento hará que los músculos, tendones y huesos se desarrollen de forma correcta. Está en nuestra biología. Y no sólo eso. Los pies tienen una gran cantidad de terminaciones nerviosas y son muy importantes desde el punto de vista sensorial para el reconocimiento de nuestro entorno.

Cuál es el calzado más adecuado

Cuando ya caminan, podemos ir pensando en calzarles. Pero, nuestra recomendación es que permitas que vayan descalzos el mayor tiempo posible. En casa, o en otros ambientes controlados, les dejaremos sin zapatos para que los pies sigan desarrollándose libremente.

En el momento en que decidimos poner zapatos, elegiremos los que tengan suela totalmente flexible y sean suficientemente anchos como para que los dedos se puedan expandir sin quedar amontonados. Desde luego, nosotras nos quedamos con Attipas. Un calzado muy flexible, gracias a su suela de goma, que también es transpirable y antideslizante. Es casi un calcetín, con forma de zapato de payaso que, encima, queda muy gracioso, con la puntera muy ancha para dejar que los dedos se abran. Precisamente, esa forma y su flexibilidad, hacen que no entorpezcan el gateo para monetes que combinan esta forma de desplazamiento con el caminar.

Justo por esta razón, porque no entorpecen el gateo, es el calzado que recoendamos a las familias vienen a la tienda indicando que el bebé no camina, pero que va a comenzar la escuela infantil y allí le exigen que vaya calzado.

Otras opciones válidas pueden ser las Slip Stop y para peques que ya tengan la marcha totalmente establecida y necesitemos un calzado de exterior de suela algo más resistente, algunas cosas en las que fijarte:

  • Puedes doblarlo a lo largo y ancho con una sola mano y con facilidad
  • Suela preferiblemente que no supere los 5mm de grosor en peques con la marcha ya establecida y de 3mm en peques que empiezan sus primeros pasos
  • Horma ancha: los dedos tienen que caber dentro del zapato sin amontonarse, nos tenemos que fijar que tengan puntera ancha (tirando a cuadrada)
  • Contrafuerte muy flexible: la parte trasera del zapato, la que va en el talón tiene que poder doblarse con facilidad y si se trata de una bota es todavía más importante, que no inmovilice el tobillo y pueda doblarse con mucha facilidad.
  • Sin drop: es decir, suela igual de gruesa en todas las zonas del zapato (que no sea más gruesa por un lado que por otro)
  • Plantilla sin forma, el zapato en el interior es totalmente plano sin formas que imiten el puente del pie por ejemplo.
  • Para un mejor control de la talla del calzado es preferible que tenga plantilla extraíble.

Algunas recomendaciones más

Por si aún tienes dudas, vamos a detallar algunas aspectos más que pueden ayudarte a tomar decisiones:

–          Calzado de su talla: los zapatos deben ser del tamaño que necesita el monete en cada momento. No es buena idea comprar calzado más grande en previsión de que crezca. En primer lugar, porque los pies de los bebés son un misterio. Se pueden pasar meses sin crecer y luego pegar un enorme estirón de golpe. En segundo, porque no favorece en nada el desarrollo del pie tener un zapato grande que modifica su pisada. Lo ideal en el momento de la compra del calzado es que le sobre 1cm de largo.

–          Huir del calzado heredado: es una pena, porque por lo que comentábamos del crecimiento repentino, hay zapatos que se quedan como nuevos. Pero el calzado va cogiendo forma en función de la pisada de la persona que los usa. Cada pisada es única, por lo que es difiere de unos hermanos a otros.

–          ¿Y qué pasa cuando ya corre por todas partes? Una vez que el monete ha desarrollado su caminar y no podemos controlar el lugar donde pisa, podemos optar por un calzado algo más armado, pero siempre procurando que la suela sea flexible, como es el caso del calzado minimalista[b] o ‘Barefoot’. Nosotras estamos en ello porque es lo más parecido a ir descalzos y tiene lógica que nos lo planteemos si durante millones de años caminamos así y es lo que nuestra biología espera. [Actualizamos] Respecto a información sobre calzado respetuoso te recomendamos consultar el perfil de Instagram de Neus Moya Podóloga.

Esperamos haberte ayudado a aclarar conceptos y, si aún te queda alguna duda, te esperamos en los comentarios.