Cada vez somos más las familias que conocemos los múltiples beneficios del contacto y que optamos por portear a nuestros bebés.

Portear nos permite poder compaginar nuestro día a día cubriendo una de las PorteoBrunonecesidades básicas de nuestros bebés, el contacto, vital para su correcto desarrollo, junto al alimento y el calor.

Los portabebés permiten poder cubrir esta necesidad al mismo tiempo que nos deja las manos libres para poder atender el resto de quehaceres diarios con la tranquilidad de estar atendiendo las necesidades de nuestro bebé. Esto repercute directamente en una crianza más fluída y relajada, nuestro bebé descansa mejor, llora menos y está más relajado al sentirse protegido, lo que garantiza un desarrollo madurativo óptimo.

Los mitos en la crianza ya no son creídos a ciegas, los ponemos en juicio, los analizamos y contamos con información fiable y el respaldo científico para poder desmentir rotundamente que ‘se mal-acostumbran a los brazos’, que ‘les sobreprotegemos o mimamos al cogerles’, o que ‘no se va a querer despegar de ti’. Con la evidencia científica de nuestro lado cada vez más familias seguimos nuestro instinto y atendemos sus necesidades básicas sabiendo que ‘no nos están manipulando’ y siendo conscientes de que es lo mejor para su óptimo desarrollo físico y mental.

¿Pero qué ocurre cuando tenemos que dejar a nuestro bebé en una escuela infantil con apenas unos pocos meses de vida?

Muchas familias, diría que la mayoría, expresan su pena, miedo y preocupación al pensar en que su bebé deje de tener cubierta una necesidad tan básica como es el contacto y pueda pasarse largos ratos llorando por la pérdida de ese cuerpo de referencia que hasta ahora le ha acompañado a descubrir el mundo desde una posición segura.

El bebé tendrá que adaptarse a un nuevo espacio, sin mamá y sin papá, a una nueva figura de referencia que, además, tiene que atender a otros bebés que también lloran y demandan atención, y así, la educadora o educador pasará la mañana intentando atender a quienes más lo necesitan y con el estrés de saber que no puede atender a tod@s a la vez.

¿Y si se incluyera el porteo de forma habitual en las Escuelas Infantiles?

Aunque sólo se portease a un bebé ya habría un bebé menos con sus necesidades sin cubrir. Sólo por eso ya debería merecer la pena plantearse el porteo en las Escuelas Infantiles.

Si porteamos a uno o incluso dos bebés a la vez, seguimos teniendo las manos libres para poder seguir atendiendo al resto.

Portear de forma ergonómica también reportará en una mejor salud postural del educador/a que coge al bebé en brazos sin un portabebé.

El bebé puede necesitar sólo un ratito de contacto constante para calmarse y poder ceder su sitio a otro bebé que lo necesite también, es probable que unos lo necesiten más que otros o que eso vaya variando según el día y el estado emocional del pequeño. Se trata de un recurso más para las educadoras/es para poder establecer un continuum en la crianza, no se trata de sustituir a mamá/papá, pero si que será reconfortante para el bebé tener ese calor y notar esa seguridad. También será un gran aliado para establecer un vínculo de apego seguro entre educador/a-bebé.

Los educadores/as podrán llevar a cabo el resto de tareas en el aula, atendiendo a los demás bebés con un menor estrés al verse con una herramienta muy efectiva y respetuosa que da la capacidad de poder atender a varios bebés a la vez y eso repercutirá de forma directa en el resto del grupo. Si el resto de bebés están en un ambiente más tranquilo, con menos llantos y menos estrés con total probabilidad también estarán más relajados al percibir el espacio como más seguro.

También se darán situaciones en las que no será posible ofrecer ese contacto a tod@s los bebés que lo necesitan, pero, desde luego, podrá minimizarse el problema y resolver la situación más rápidamente y de una forma más eficaz, pudiendo dar una atención de mayor calidad a las necesidades básicas de los bebés que están bajo su cuidado, uno de los objetivos principales del desempeño profesional de su actividad como educador/a infantil.

‘Si cojo a uno los demás también quieren’ , si, SIEMPRE quieren. Independientemente de que se les coja o no, independientemente de que ‘a la media hora ha dejado de llorar’. Parar de llorar ante una situación estresante cómo es la separación de tus figuras de referencia principales (mamá-papá) no es más que un mecanismo de defensa para la supervivencia. El cortisol, hormona del estrés, toma niveles tan altos durante el llanto no atendido que para no sobrepasar a un nivel que comprometa la vida del propio individuo se corta el llanto. Pruebas en saliva a esos bebés que han dejado de llorar sin que sus necesidades hayan sido cubiertas muestran que sus niveles de cortisol siguen estando en el máximo ‘permitido’. Esto se conoce como estrés tóxico, que deja huella en estructuras cerebrales profundas y formará ya parte del individuo.

Si el cuidador/a quiere asegurarse estar cubriendo las necesidades básicas y no estar interfiriendo de forma negativa en el desarrollo del bebé, es imprescidible conocer y valorar la importancia de criar en contacto, de acompañar en contacto, de nutrir.

Conocemos las dificultades actuales de las Escuelas Infantiles, sobretodo en lo que al ratio de niños/as respecta, por este motivo pensamos que el porteo puede mejorar y minimizar los daños que esta situación puede generar.

¿Y tú, como mamá/papá, llevarías a tu bebé a una Escuela Infantil en la que porteen? ¿Sería un punto que le daría más peso a tu elección?

Si quiere proponer en tu centro esta posibilidad contacta con nosotras o facilita nuestro contacto, ¡Juntos podemos aportales la información que necesitan!

logohrzt**Creemos que la atención a las necesidades de nuestros bebés pueden mejorar, por este motivo lanzamos junto a Embolics las Escuelas Canguro, un programa formativo dirigido a centros y espacios educativos. Para que puedas ofrecerles un Continuum en la crianza con-tacto desde tu Escuela Infantil **