cómo leer a nuestros hijos e hijas

Cómo leer a nuestros hijos/as

Todas sabemos que, a veces, criar es duro. Y las que tenemos hijos ya “mayores” sabemos que la cosa se puede complicar en algunos aspectos. Cuando tienes que enfrentarte a temas como la muerte, el acoso escolar, los problemas con los amigos y un largo etcétera, empiezas a recordar con nostalgia el proceso de dejar el pañal o la fase de arrojar la comida al suelo. Comienzan las preguntas incómodas, tu hijo ya argumenta aceptablemente bien, su círculo social se amplía o simplemente empieza a reconocer sus emociones y lo que provocan en él.

Los cuentos nos pueden ayudar a poner encima de la mesa esos temas que cuesta verbalizar, además de una forma en la que un niño o niña de 4, 5 o 6 años entienda. Lo importante es que, leyéndoles sobre ello, conseguimos que esos temas dejen de ser tabú y pasen a formar parte de conversaciones cotidianas. Pero, antes de meternos de lleno en recomendaciones de títulos, aquí van algunos consejos y pautas sobre ‘cómo leer a nuestros hijos e hijas’ que, al menos a mí, me ha ayudado.

  • Las recomendaciones de edad son orientativas

    Cada peque lleva su ritmo y vive la literatura de una manera. Mientras unos casi que sólo quieren los cuentos para devorarlos (¡literalmente!), otros se mantienen quietos y escuchando mientras leemos páginas y páginas… Piensa qué le puede gustar a tu hijo dependiendo de cómo sea él y no de la edad que tenga.

  • Respeta el gusto de tu hijo/a


    Sí, aunque tenga sólo 18 meses. Saben perfectamente lo que les gusta y lo que no. A veces un cuento no triunfará en casa y se quedará en la estantería cogiendo polvo… No te preocupes, quizá, al cabo de un año, será uno de sus favoritos. Si no, habrá que asumir que ese cuento no es para él.

  • Leerás el mismo cuento 100 veces

    Esto es una máxima implacable. No podrás huir de ello. Llegarás a odiar ese cuento, te hará bostezar cada dos segundos, será una tortura… Pero, ¿qué sentido tiene leerle algo a tu monete que no quiere escuchar?

  • Pon los cuentos a su altura.

    Sí, lo hacemos todas, es algo lógico, pero a veces las cosas más lógicas son las que se nos olvidan, así que merece la pena recordarlo. Nada como ver a tu pequeña acercándose al rincón de cuentos sin que tú le digas nada y cogiendo el que le apetece que le leas. Y ya cuando la veas sentarse con el cuento entre las piernas, “leyendo” sola… Llorarás de emoción.

  • Lee al ritmo de tu hijo/a.

    Que interrumpa para preguntarte cosas es una maravilla. Aprovecha sus preguntas para charlar y pasar un buen rato. A veces el cuento es sólo la excusa. Yo me he visto con un cuento de unas diez páginas, a frase por página… ¡y tardando quince minutos en acabarlo! A veces nos resulta pesado o desesperante porque para nosotras no es tan divertido como para ellos. Pero, si conseguimos mantener ese ambiente relajado y sin presiones, el momento del cuento será mágico.

  • Invéntatelo y coméntalo

    Esto no es como en el cine. Aquí podemos parar de leer y comentar lo que queramos. Y viene muy bien cuando queremos reforzar o incidir en algo, o sacar algún tema de conversación. Valorar el cuento puede que influya en nuestro peque, aquí cada familia tendrá que decidir si hacerlo o no.
    De la misma forma, si no nos gusta alguna frase o palabra en concreto, podemos inventarnos algo que lo sustituya. Eso hasta que nuestro peque aprenda a leer y entonces te diga: “no, mamá, ahí no pone eso, pone…”. Ejem. Otra opción es leerlo tal cual pero recurrir al comentario: “Uy, pues a mí me parece que se ha equivocado, por eso y por lo otro”. Hablo por ejemplo de tintes machistas y sexistas en los cuentos.

  • No sólo existe la ficción

    A veces rechazamos las enciclopedias infantiles porque nos parecen aburridas, creemos que no van a gustarles a los niños o pensamos que estamos regalando “deberes” o algo para el cole. Nada más lejos de la realidad. A los niños y niñas les encantan los libros divulgativos, libros de animales, del cuerpo humano, de historia, ciencias… y, si son con fotos reales, mejor. ¡Siempre quieren saber y aprender más!

  • La calidad del cuento es importante

    Existen muchísimos cuentos  con una redacción poco cuidada o directamente mal redactados. Aburridos, que no enganchan, que no transmiten… No tengas miedo a rechazar cuentos porque creas que son mediocres. Al igual que con otras cosas (música, comida…), es importante ponerles delante buena literatura. No hay mejor forma de hacer que tu hijo/a no quiera leer nunca que darles sólo cuentos “educativos” que no tienen nada detrás. A veces un buen cuento no tiene por qué “enseñar” nada, no habla sobre lo que son las emociones, ni sobre dejar el pañal, ni sobre portarse bien… Simplemente es una buena historia, chula y divertida, bien escrita y con ilustraciones de calidad, en una edición cuidada. Una obra de arte. Y del arte se sacan siempre enseñanzas y conocimientos, aunque no sean evidentes…

  • Léele a tus hijos/as

    Sí, simplemente hazlo. Léele, incluso, aunque ya sepa leer. No dejes de hacerlo, quiero decir. A veces vemos que el interés de nuestros niños o niñas va por otro lado. Respétalo, pero no dejes de ofrecer la lectura como alternativa. Es muy raro que un niño de menos de 5 o 6 años rechace que su mamá o papá les lea un cuento. Puede que no quiera siempre, pero querrá muy a menudo. Y si no quiere, no insistas, la lectura es un placer y no tiene sentido de otra forma, pero sigue ofreciéndolo en otros momentos. Muchas veces no quieren leer solos pero les encanta que les leamos. No dejemos que se pierdan algo tan maravilloso.

Ahora que ya te hemos invitado a seguir estas pautas de ‘Cómo leer a nuestros hijos e hijas’ no te pierdas los siguientes post en los que daremos ideas de títulos pensados para cada ocasión.

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